
Plaza Minorista José María Villa
Doña Noris, "La costeña"
Entre hojas, raíces, y aromas, trabaja Noris Moreno Caucin. Hace más de treinta años llegó desde Úraba a la Plaza Minorista, buscando un mejor destino, y encontró en las plantas medicinales no solo su sustento, sino también su camino.
"Aquí estoy muy amañada en el mundo de las plantas medicinales"
Su conocimiento no proviene de libros ni aulas, es empírico, tejido con paciencia, práctica y tradición oral. Aprendió observando, preguntando, ensayando, escuchando a los mayores y, sobre todo, atendiendo a los dolores y preguntas de quienes, día tras día, llegan a su puesto buscando alivio. Aprendió con paciencia "El tiempo también le ayuda mucho a uno a aprender muchas cosas", asegura.
En su local hay de todo. Ruda, Salvia, Altamisa, Caléndula, Yerbamora, Tomatera… y cada planta tiene una historia, un propósito y una manera de prepararse. Noris conoce los métodos de infusión, maceración y baño; enseña cómo hervir la ruda y dejarla reposar para hacer limpiezas espirituales, o cómo dejar reposar en brandy las hojas picadas durante quince días para extraer sus propiedades medicinales
La medicina que defiende Noris es preventiva. "Las plantas sirven más que todo para prevenir. Ya cuando la enfermedad está muy desarrollada, es difícil", dice con la certeza de quien ha visto muchos casos. Le preguntan por dolores artríticos, musculares, inflamaciones, problemas femeninos, fatiga espiritual y ella siempre tiene una recomendación, una mezcla, una historia que respalda el poder de las plantas.
Además del cuerpo, también atiende el alma. Habla de rituales, de baños, de saumerios y oraciones. El ritual más usado es el del saumerio, con plantas amargas, para que salga el mal y entre el bien. Hasta las cucarachas salen, dice riendo, Noris sabe que en cada hoja hay algo más que química: hay memoria, hay cultura, hay herencia.
Entre los saberes que conserva están también los nombres cambiantes de las plantas según la región. La sanguinaria, por ejemplo, que en el Chocó llaman "descansé". Y aunque muchas plantas no se dan igual fuera de su clima natal, algunas especies de Urabá llegan con ella hasta Medellín, como la Tubatuba, una planta poco conocida que ayuda a regular el azúcar y que también tiene uso espiritual.
Su puesto no es solo un lugar de venta. Es un punto de encuentro, una esquina de conversación, una pequeña escuela informal donde se comparte una sabiduría que no está escrita, pero se transmite de generación en generación. Noris es, en esencia, una cuidadora de saberes. Una mujer que, entre plantas, recuerda que hay otras formas de sanar.
De Cisneros a la Minorista
Criado en la Plaza vieja de Cisneros, Elkin de Jesús Sierra Muñoz ayudaba a su mamá en su tiempo libre. Fue ella quien le inculcó, por medio de un cuaderno que mantenía siempre consigo, todo lo que necesitaba saber de plantas medicinales.
Luego del incendio en la plaza, en el año 1968, su trabajo se trasladó a la plaza Minorista. Allí le cogió cariño al negocio de su madre y decidió continuarlo, pues aprendió la importancia de estos conocimientos y cómo, a través de las plantas medicinales, se podía ayudar a las personas.
Aunque en sus principios era practicante de rituales ancestrales, hoy los descarta: su fe cristiana lo llevó a enfocarse en servirle a las personas en salud, nunca a "enhierbar" o dañar a nadie, pues para él la prioridad es sanar.
Por más de 40 años ha hecho parte del mundo de la fitoterapia, de estos, lleva 10 años trabajando de la mano con su hija, a quien le ha enseñado todo lo que sabe para que también haga parte de su mundo.
Le encanta la grandeza de la Plaza Minorista; considera que eso dota al lugar de suficiente espacio como para que varias personas que trabajan alrededor de las plantas medicinales coexistan y compartan sus saberes. Cada vendedor de la plaza aporta su propio granito de arena, que lo hace irremplazable dentro de la comunidad.
Con los años la vida de los yerbateros ha pasado por varios cambios: algunas hierbas antes comunes, como el Cardo Mariano, se han vuelto tan cotizadas que los laboratorios farmacéuticos compran casi todas sus existencias y después las venden en cápsulas, acto que hace que se pierda un poco del valor humano que va con la medicina tradicional.
Sin importar el paso del tiempo, para Elkin la misión sigue siendo la misma: preservar el saber ancestral y ponerlo al servicio de la salud cotidiana.
Inaugurada en 1984, la Plaza Minorista es la plaza más grande de Medellín y una de las más abastadas. Es conocida por su ambiente familiar; allí encontraras a los yerbateros Elkin de Jesús Sierra Muñoz y Noris Moreno Caucin.
Horario: 4:30 a.m.–6 p.m.